Frialdad contagiosa
Hay historias que empiezan con un hola y terminan con un adiós, yo solo quiero decirte hola, ya sabes que así soy yo...
No quiero firmar y me invento un numero, se que la frialdad se contagia y yo pierdo mi esencia (y lo peor es que no la quiero perder) pero en el fondo sigo allí, pero para quien (cuando, donde, como y por qué) eso nadie lo sabe...
Yo te digo: Eres una persona muy fría
Tú me dices: Ayúdame
Yo te sigo diciendo: Eres una persona muy fría
Y tú sigues diciendo: Ayúdame
Y de tanto decirlo y sentirlo, la "frialdad" se me está quedando impregnada a mi también...
"aquella frialdad" no necesita invitación, viene sin que la llamen y luego no se quiere ir...
Paradójicamente solo el calor la puede hacer marchar...
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