miércoles, noviembre 13

Bueno ya puse las 3 poesias que prometi, y bueno la primera parte de un intento de cuento semireal e imperecedero (sic), y bue, ya tengo el ensayo de Gabito listo!
Aca publico la introduccion !!!
Por que el ensayo completo tiene algo de 10 paginas y no podria publicarlo aqui aún hasta que salga en la revista !

En cierta manera, cada individuo refleja la intensidad de su existencia, y en el caso de Gabriel García Márquez, esta intensidad es irrepetible.

Para Jean Paúl Sartre, uno es en la vida “todo lo que la niñez nos quito y nos dio”, pero lo realmente trascendente en el caso de García Márquez es que pudo superar las carencias existentes en su vida, gracias al dominio de su vocación y a su genio magistral.

“La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”. Con esa frase comienza Gabriel García Márquez el primer tomo de sus memorias, titulado “Vivir para contarla”, escrito en su deslumbrante estilo narrativo, el cual analizaremos desde el punto de vista político, enfocando la realidad colombiana en primera instancia, para luego proceder a un análisis global observando la perspectiva latinoamericana.

Este libro es el primero de tres tomos de las memorias de Gabriel García Márquez. Después de uno de sus más largos silencios, la crítica literaria, sus seguidores esperaron con ansiedad esta creación magistral, pues no publicaba desde 1996, cuando lanzó Noticia de un secuestro.

La portada del libro muestra a García Márquez con un año de edad, en una imagen tomada por uno de los fotógrafos que solían ir de casa en casa en Aracataca. Las primeras páginas de las memorias anuncian el conflicto familiar que habrá de enfrentar tras tomar la decisión de abandonar los estudios para dedicarse a la escritura.
Gabriel García Márquez comienza sus memorias cuando tenía 23 años y su madre le pide que la acompañe a Aracataca para vender la casa en donde paso su infancia. En ese viaje, pasan por una finca de bananas llamada "Macondo" y aunque no sabía su significado le gustó "por sus resonancias poéticas". En ese viaje García Márquez decide contarle a su madre que había dejado los estudios universitarios porque quería trabajar en periodismo y dedicarse a escribir, cosa que sabía que no iba ser bien recibida por sus padres. Pues se describe la tensa relación con su padre, el telegrafista Gabriel Eligio García, quien nunca comprendió el amor por las letras que desde siempre expresó su hijo. Narra con detalles inéditos sus épocas de pobreza, su vida de periodista, el imborrable 9 de abril de 1948, cuando fue asesinado el líder liberal Jorge Eliécer Gaitán en Bogotá, hecho que marcó la historia política colombiana. Son 30 años de la vida de García Márquez en las 579 páginas del libro, que en su primera versión era de 900.
Los capítulos intermedios narran sus años de estudiante, las noches pasadas en burdeles y bailes con un grupo de amigos formado por escritores, poetas y periodistas.

Vivir para contarla comienza con hechos que anteceden a sus recuerdos y que pertenecen al legado de su familia, como el noviazgo de sus padres. Termina con la publicación de su primer libro La hojarasca.

Vivir para contarla esta en un debate por el concepto que debe tener. Unos dicen que no es correcto definirla como autobiografía porque habla más del mundo en tiempos de Gabriel García Márquez que de él mismo. Otros aseguran que por ello mismo encaja en la definición perfecta de memorias, pues está hecha de los recuerdos del autor en su tránsito por la vida. Hay también quienes afirman que en el fondo la obra, al igual que Cien años de soledad o El amor en los tiempos del cólera, es una novela porque está tejida y se lee como tal. Al final nada de esto importa. Ya sea una autobiografía, unas memorias, una novela o, como en los cuestionarios de selección múltiple, todas las anteriores, pues al autor consigue contar lo que vivió, revelando a los lectores su Modus vivendi consignado en todas y cada una de sus 579 páginas.

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